El Hermano Pedro, como se le conoce popularmente, tiene en la historia de Guatemala un lugar especial. Su corto paso por este país de 16 años en total -de los cuales sólo 12 perteneció a la vida religiosa- marcó una época y trazó un destino de amor y servicio cristiano que aún hoy, a más de 300 años de su muerte, hacen su extraordinaria figura inolvidable y muy querida.
Sonando una campanilla y recitando en voz alta una estrofa para hacer meditar, recorría por las calles de la Muy Noble Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Goathemala, allá por los años de 1660, un humilde hermano terciario llamado Pedro de San José de Betancur. Con voz que llega al corazón, deteniéndose en cada esquina, agitaba su campanilla y recitaba:
Acordaos hermanos que un alma tenemos y si la perdemos no la recobramos.....
Nació Pedro de Betancur (como fue su nombre originalmente pues el de "San José" se lo agregó después), el 21 de marzo de 1626 en Chasna de Vilaflor, Tenerife, Islas Canarias. Tuvo cuatro hermanos: Mateo, Pablo de Jesús, Catalina y Lucía. De ellos, Mateo se vino a América, posiblemente a Ecuador; Pablo de Jesús se trasladó a Orotava, cerca de Tenerife, muriendo a avanzada edad; Catalina, la hermana mayor, se casó y vivió en Garachico, hasta su muerte; y Lucía, la menor, se hizo monja.
El origen de la familia se remonta a don Juan de Benthancourt, conquistador de las Islas Canarias en 1401. El apellido Betancur era originalmente Bethancourt, de origen normando, sufriendo cambios a Bethancur, Betancurt, Bethancuourt y Betancur. Este apellido, en varias de sus diferentes modalidades, se encuentra en otros países de América, por ejemplo Cuba, Colombia, Argentina y Guatemala, pero se desconoce si son del mismo origen familiar.
- Su viaje por Guatemala
Nunca había oído hablar de Guatemala, ni siquiera sabía que existía; el país que había escogido era Honduras, por consejo precisamente de su tía, que había oído hablar de esa tierra a un lejano pariente, Fray Luis de San José de Betancur, que vino a Guatemala con el Conde de la Gomera en el 1633. Seguramente se impresionaría con sus relatos y se le grabó el nombre de Honduras, ruta obligada de viaje en aquellos tiempos.
Tenía 23 años cuando embarcó el día sábado 18 de Septiembre de 1649 en un navío de velas que iba rumbo a la Habana, de donde luego proseguiría su viaje en otro barco de los que hacían comercio entre Veracruz, Campeche y Honduras.
Los viajes en aquellos tiempos eran largos y difíciles, llenos de peligros e incertidumbres. Ir desde las Islas Canarias hasta La Habana, que era la ruta a seguir, para después continuar a Honduras, tomaría talvez dos o tres meses en los barcos de vela, dependiendo de los vientos y la buena suerte. Tras un largo viaje de meses y múltiples vicisitudes, al fin el barco llegó una mañana de sol y brisa al puerto de La Habana, en donde Pedro tendría que esperar el nuevo buque que lo llevara a Honduras. Pero el tiempo pasaba y no salía ninguno, sólo para Veracruz y otros puertos y Pedro quería ir a Honduras, algo lo llamaba a esas tierras.
Un día ¡al fin! Llegaron a contarle que había una embarcación que iba a Honduras. Feliz y contento corrió al muelle y aquí cierto sujeto le contó que efectivamente, esa nave iba para Puerto Trujillo, en Honduras, llevando como pasajeros a unos comerciantes que conducían sus mercancías a Guatemala. Tan pronto como Pedro oyó ese nombre, preguntó: -"¿Cómo se llama esa ciudad?" Y al oír de nuevo el nombre de Guatemala, dijo:- "A esa ciudad quiero ir, porque con interior júbilo y superior fuerza me siento animado a caminar a ella, luego que he oído nombrarla, siendo así que ésta es la primera vez que oigo su nombre."
Su buen maestro gestionó que para pagar por su pasaje lo recibieran de marinero y allá fue Pedro, feliz de partir a las tierras añoradas. El barco se hizo a la mar y él, desde cubierta, dijo adiós a la bella ciudad de La Habana, a su maestro, al sacerdote que le diera posada y a sus amigos y compañeros de trabajo, que conmovidos ante aquel espíritu que irradiaba luz amor, acudieron a decir adiós con lágrimas en los ojos, comprendiendo que ese joven de 24 años que partía a tierras desconocidas, era un hombre de Dios obedeciendo su llamado divino.
La nave en que viajaba Pedro tenía que parar primero en Puerto Trujillo, Honduras. En el barco trabajaba de lo que le asignaran y lo hacía con tanta buena voluntad y eficiencia, que el Capitán, estaba contentísimo con él. Al acercarse a Puerto Trujillo, le propuso formalmente que se quedase, ofreciéndole buena paga, pero Pedro rehusó pues su llamado era otro.
El Capitán entonces, dispuesto a retenerlo a como diera lugar, ordenó que no lo dejaran desembarcar. Ante tal orden, Pedro sintió una puñalada en su pecho pues el sólo quería realizar su sueño de servir a Dios en el Nuevo Mundo; sin embargo, acató la orden con humildad y se encerró en su camarote a pedir ayuda divina. Repentinamente, le entró un alta y extraña fiebre y otros síntomas sospechosos de grave enfermedad, que hicieron temer al Capitán que fuera la temible "peste", que entonces azotaba la región. Decidió que lo mejor era tirarlo a tierra, para que tuviera sepultura y no se lo comieran los peces. Entre varios hombres lo arrastraron hasta una playa escondida, donde quedó tirado, inconsciente. Al alejarse el barco, Pedro volvió en sí, sanado en forma milagrosa. Agradecido besó la tierra y lloró de alegría pues comprendió que era Dios quien lo había salvado, para que lo sirviera en donde El deseaba. El mar se había llevado su poco equipaje, pero no le importó, se levantó y empezó a caminar, buscando la ruta a Guatemala.
De la playa para el poblador de Trujillo habitan tres leguas. Caminó y al llegar a las primeras chozas, pidió albergue para esa noche y algo de comida, a fin de recuperar sus fuerzas.
El Puerto de Trujillo fue fundado en 1524, en el lugar conocido como Punta de Caxinas, que es donde Cristóbal Colón tocó en su cuarto y último viaje.
Una vez recuperado, días y noches caminó Pedro en su peregrinaje, valerosamente, unas veces a pie y otras en mula, cuando algún viajero caritativo le proporcionaba ayuda. Cruzó montañas, ríos y selvas entre pantanos y peligrosos desconocidos, preguntando aquí y allá, comiendo hierbas y raíces. Poco a poco, fue cubriendo la enorme distancia que abarca desde Puerto Trujillo, en la costa Atlántica de Honduras, hasta la entonces ciudad de Santiago de los Caballeros de Goathemala, hoy conocida como Antigua.
Al pensar en esa distancia, los peligros y el desconocimiento de la región, en la resistencia, entereza y espíritu de Pedro de Betancur para lanzarse a tal aventura hace 300 años, se tiene que admitir que era guiado por Dios.
muy buen articulo....
ResponderEliminarun excelente articulo
ResponderEliminarme siento muy orgullosa de perteneser una institución cre4ada por el Hermano Pedro y me perece super bien que publiquen estos articulos
ResponderEliminarME SIENTO ORGULLOSA DE PERTENECER A UNA INSTITUCION COMO ES LA DE LA FAMILIA BETHLEMITA PUESTO QUE TODOS LOS VALORES QUE NOS INCULCAN BIENEN DE NUESTROS FUNDADORES
ResponderEliminarno sirve para nada.....=)=)=)
ResponderEliminarbien sirve xq ami me sirvio
Eliminarme parese muy bien que esto se hable en la iglesia catolica y es un buen articulo para leer y aprender sobre todo esto
ResponderEliminarme gusto mucho la historia porque hoy me dejaron hacer una investigacion en el colegio sobre el hermano pedro. y nunca me inmagine que hiba a encontar una historia tan bonita sobre nuestro primer santo de Guatemala..Quien no le gusta esta historia es porque no sabe nada... y no tiene cultura..
ResponderEliminarasi se habla
Eliminarmuuuuuuuuuuuuuuy bonita la historia!!!
ResponderEliminary la persona que dejo el comentario que dice que no sirve para nada, es porque no cree en Dios o deplano es de otra religion pero es un inepto jajajajajajajajajajajajaja
k se ubike esa persona jaJAJAJAJA
Mi nombre es Regina Mazariegos De León. Quiero compartirles que el cuadro del Hermano Pedro en la Antigua lo pinto mi abuelo Enrique De León Cabrera, es un orgullo para mi y nuestra familia, un don precioso de Dios obras que dejó como un tesoro para todos los que le amamos. Le doy gracias a Dios por vida que le dió.
ResponderEliminarPUTA
ResponderEliminarcerote
Eliminares muy muy muy muy muy muy muy bueno estoy encantada con este articulo tan interesante
ResponderEliminarbueno....bien por el articulo estoy en pamplona norte de santander y aqui hay un colegio bethlemitas....viene una celebracion en el colegio....de lo que le orden en el mundo y lo representaran con bailes....pregunta hay un mensaje del hermano pedrp a la orden o al pueblo de dios....como para salir vestido de hermano pedro y decirla. mi correo quinteromotta@yahoo.es
ResponderEliminarla historia de el es muyinteresantr
ResponderEliminarpues aparte de ser una historia es un santo milagroso Q DIOS los vendiga y les de prosperidad posdata PORFAVOR NO PONER MALOS COMENTARIO AQUI PUES ES FALTA DE RESPETO A DIOS GRACIAS
esta bien
ResponderEliminarmuy buen cuento pero no es una biografia ya que solo cuenta el viaje y no el destino ni lo qeu hiso en guatemala que fue lo mas importantee
ResponderEliminaresto si me sirvio para mi tarea de 40 puntotes y me sacaron43
ResponderEliminarmentira esto si estaba bueno
ResponderEliminarmentira esto si estaba bueno
ResponderEliminarThien Menh.Net
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